Han regresado
las babosas sedientas,
las cortezas naranjas,
el abrigo del musgo,
y las melenas despelucadas.
El bosque
como criatura de cuna
despierta del sopor
después de invernar.
No hay una canción de cuna
para el recién nacido,
Pero si cascabeles y
charquitos para refrescar los pies.
El verde fresco resplandece,
el rocío cae,
y las pequeñas gotas se quedan inmóviles
sobre las hojas.
Los capullos,
muertos de frío,
se han cubierto con su pelusa
esperando la mañana,
el sol,
el canto de los pájaros,
y el chasquido de las ardillas.
¡Ha regresado el verde!
su frescura,
y con él, la lluvia de cerezos,
el olor de los magnolios,
la vivacidad de los rododendros,
Los días largos,
y el amarillo chispeante
de los dientes de león.