Tengo este reflejo verde pegado a las facciones últimamente, también se extiende cuando me observo, a las facciones de mi cuerpo. El resto de las cosas parecen iguales así que no es un mal de mis ojos. Sólo una especie de falencia entre mis sentidos y mi cuerpo, o entre el mundo y mi cuerpo, tal vez sólo entre la luz del mundo y mi cuerpo. Me hace pensar a veces que soy de nácar y que la carne de mis muslos es perfecta. Que estoy espolvoreada con harina como si fuera un regalo, que esa harina en realidad es asbesto desprendido y que, si fuera alguna vez a ser un regalo, sería sólo para mí misma.