Revista ZUR

Revista ZUR - Volumen 4, N°1
Artículos

Imaginarios territoriales de mujeres poetas mapuche

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"Serie - El desgaste de las sombras" de Leonardo Cortina

Autora

Pontificia Universidad Católica de Chile

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Fecha

31 de Julio 2022

Autora

Pontificia Universidad Católica de Chile

01 Agosto 2022

Fecha de recepción: 15 de febrero, 2022.

Fecha de aceptación: 26 de abril, 2022.

1. Introducción

En Chile existen antecedentes históricos desde mediados del siglo XIX que dan cuenta de un conflicto políticoterritorial entre el Estado chileno y los pueblos originarios (Antileo “Lecturas en torno a la migración” 264). Hay una memoria colectiva no reconocida por la historiografía tradicional sobre los procesos de despojo en contra del pueblo Mapuche (Castillo y Ramírez 8), como también una trayectoria invisibilizada de resistencia de mujeres indígenas que se encuentran en procesos de reivindicaciones territoriales, quienes han sido negadas y omitidas por la historia hegemónica oficial (Calfio “Weychafe Zomo” 266).

Las mujeres indígena han tenido un rol fundamental en la preservación de la cultura de sus pueblos, hecho que se ha materializado en el liderazgo intelectual y espiritual, en la cotidianidad comunitaria y en la crianza de los niños/as. A su vez, las mujeres indígenas y las mujeres mapuche en particular son sujetas presentes en el territorio, dando muchas veces la vida en este proceso. Macarena Valdés es un lamentable ejemplo de defensa territorial en contra de la instalación de una hidroeléctrica en el Río Tranguil, donde su muerte calificada por la justicia chilena como un suicidio, ha sido intensamente reclamada por su familia como producto de la intervención de terceras personas. Lo mismo sucede con el emblemático caso de Nicolasa Quintreman, quien fuese férrea opositora a la instalación de la Central Ralco en Alto Bio-Bío; su cuerpo fue encontrado flotando dentro del embalse, debido, supuestamente, a una caída accidental, pero las dudas de su hermana Berta Quintreman quedaron puestas en la intervención de terceros.

Estos son solo dos casos, pero las memorias de resistencias de mujeres indígenas están plagadas de zonas grises (Nahuelpan 13), las que no han sido suficientemente develadas por los propios pueblos originarios y menos relatadas por la historia moderna occidental.

A pesar de la deuda histórica con estas memorias de resistencias, igualmente hay un camino recorrido en la visibilización de estas narrativas, tanto por organizaciones colectivas como por sujetas individuales. De esta manera, la Sociedad Femenina Araucana Yafluayin representa la primera organización femenina mapuche, colectividad que data de 1937 (Calfio “Mujeres mapuche” 95). Análogamente, la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) son otro ejemplo de este mismo esfuerzo, quienes actualmente llevan más de dos décadas relevando el rol que cumplen las mujeres indígenas. Asimismo, desde la intelectualidad indígena figuran los nombres de Elisa Loncon1, Ana Millaleo, Margarita Calfio, Verónica Figueroa Huencho, María Lara Millapan –por nombrar solo algunos–, quienes han desarrollado rigurosos marcos de análisis en torno a la relevancia de la mujer mapuche.

Desde la intelectualidad occidental también se han trabajado estos tópicos: Andrea Álvarez, Claudia Zapata y Andrea Aravena, han realizado importantes aproximaciones a las memorias de mujeres indígenas. Por ejemplo, colocando en el debate la violencia de género que se vive al interior de las comunidades, siendo una problemática que–al igual que en la sociedad chilena–, está tristemente presente en la sociedad mapuche (Álvarez y Painemal 8).

La siguiente investigación es una interpretación hermenéutica (Ricoeur 127) de los discursos territoriales de un grupo de mujeres poetas Mapuche-Williche de la Fütawillimapu2 representadas en Graciela Huinao, Faumelisa Manquepillan y Roxana Miranda Rupailaf, tres poetas que encarnan la diversidad de temas abordados a través del discurso poético y develan el valor del territorio en la configuración identitaria de las mujeres mapuche.

Las visiones territoriales de mujeres poetas mapuche aportan una doble interpretación. Por una parte, el discurso mapuche es un relato en conflicto con el Estado, en el cual los/as escritores indígenas se elevan en un espacio distintivo para el análisis y discusión cultural y académica (Carrasco 78). Por otra, se encuentra la relevancia del ser mujer, ya que por el hecho de encarnar cuerpos de mujeres indígenas sus discursos poseen otra carga significativa en los ámbitos de interpretación del mundo desde el foco histórico-cultural, espacio desde el cual han sido discriminadas e inferiorizadas por las miradas eurocentristas y patriarcales (Lugones 106).

Del mismo modo, los discursos territoriales de mujeres poetas mapuche son un campo de interpretación sobre los territorios, pues en ellos se encuentra plasmado un conocimiento clave que los conecta con su tuwün3 , es decir, con lo que podemos denominar como su territorio (Curriao et al. 51). Lo anterior quiere decir que las voces de mujeres poetas mapuche están lejos de la visión territorial folclorizante que las une solo desde la emocionalidad (García 18), ya que si bien poseen una sólida afectividad territorial, esta se articula directamente con un conocimiento experiencial, histórico y político. Ellas producen una fuerza discursiva diferente, la que resulta no solo relevante de indagar desde la perspectiva de la investigación académica, sino que, también, deriva en un discurso significativo para una mejor comprensión y valoración del territorio mapuche.

2. Marco teórico

El análisis que propongo se fundamentará en dos nociones teórico-metodológicas: territorio e imaginarios. Ambas constituyen matrices conceptuales transversales de este estudio que, en su conjunto, han contribuido a la interpretación de los discursos de las poetas mapuche respecto de su visión territorial.

El territorio será entendido como una construcción social generada por la confluencia de variados componentes materiales e inmateriales, entre los que podemos nombrar los imaginarios sociales, el tiempo, las percepciones, estrategias, espacios y lugares, remarcando implícitamente la dimensión intangible en la que se construye (Giménez 27). Por tanto, el territorio es “material y simbólico al mismo tiempo, biofísico y epistémico, pero más que todo es un proceso de apropiación sociocultural de la naturaleza y de los ecosistemas que cada grupo social efectúa desde su cosmovisión u ontología” (Escobar 91). Esta noción de territorio social y culturalmente construido tiene directa relación con la idea de pertenencia territorial planteada por Yi-Fu Tuan, la cual responde a las emociones vinculadas a un determinado lugar (13).

Por su parte, el imaginario puede entenderse como “el conjunto de creencias, imágenes y valoraciones definidas sobre una actividad, un espacio, un periodo o una persona y/o sociedad en un momento dado” (Hiernaux 8). Se trata de una construcción social en permanente cambio que se presenta en una fuente de creación mediante la cual se transmuta la realidad establecida (Pintos 24). Cabe destacar que la relevancia de lo imaginario mantiene directa relación con los modos de vivir, percibir y habitar. De esta forma, actúa como una herramienta teórica y metodológica que expresa los modos de ser y hacer en los territorios (Ther Ríos 503).

De la misma manera, se considerará al discurso como un tercer elemento estructural del análisis, definiéndolo como un medio de representación de matrices simbólico-afectivas, capaces de ser una fuente explicativa de relaciones colectivas de grupos humanos (Van Dijk 19). Por ello es que se ha indagado en los imaginarios de mujeres poetas mapuche, optando por el análisis de discursividades no literarias obtenidas en conversaciones en profundidad con cada una de ellas4. En este sentido, los discursos territoriales adquieren especial relevancia porque son una producción hologramática de los territorios; en consecuencia, lo que se dice del territorio no solo es considerado participante del lenguaje, sino revelador de aspectos complejos de la territorialidad y de sus habitantes (Villanueva Gallardo “Fundamentos teóricos” 229).

De especial valor es reconocer que la categoría de territorio que se empleará no es inocua, sino que posee componentes políticos que muchas veces son obviados por los discursos estatales5. Un ejemplo de aquello se evidencia en la actual Ley Indígena chilena 19.253, donde la categoría de “territorio” es reemplazada por el concepto de “tierra” para hacer referencia a la territorialidad indígena (Ley Indígena 13). Dicha controversia conceptual no se restringe a lo meramente lingüístico, sino que en el fondo oculta intrínsecos ribetes coloniales, puesto que el paradigma hegemónico del Estado subsume el valor territorial del otro/a.

También es preciso señalar que el vínculo que las comunidades mapuche establecen con su entorno no es el mismo que enarbolan otras comunidades identitarias. En la cultura mapuche “coexisten la cosmovisión, la comunidad de la sangre o Küpan, la identidad territorial o Tüwun; las tradiciones ancestrales, la memoria cultural, el andamiaje social, el idioma” (Tricot 186), estando todos estos elementos en tensión cuando hablamos de territorio mapuche, debido principalmente al racismo estructural que ha operado en la construcción homogénea de la identidad nacional (Antileo “Trabajo racializado” 77).

Por décadas este escenario ha sido analizado y descrito desde distintos estudios etnoculturales y desde las propias investigaciones desarrolladas por académicos/as mapuche, quienes revelan el colonialismo presente en la academia tradicional al momento de mirar a los pueblos originarios como sujetos de estudios. Bajo este contexto, la comprensión teórica del territorio mapuche que trasciende a esta investigación está delimitada por la selección de un grupo de autores que abordan esta crítica ética y epistemológica sobre cómo se estudian las exclusiones de grupos subalternizados (asumiendo que dicha selección no es reflejo del gran número de autores que han trabajado de forma significativa las temáticas mapuche), crítica de la cual me hago cargo a partir del lugar de enunciación que me convoca, siendo también parte de la academia occidental. En este sentido, el enfoque y metodología a utilizar será por medio de un abordaje hermenéutico respetuoso del lugar protagónico de las sujetas de conocimiento, el que en ningún caso intentará hablar por los/as otros/as, sino proponer una descripción territorial basándome en sus discursos.

La descripción territorial aludida considerará los análisis de los procesos de migración forzada o diáspora mapuche planteados por Andrea Aravena y Enrique Antileo. Del mismo modo, considero relevante revisar los trabajos que han desarrollado Héctor Nahuelpan y Jorge Pinto, autores que exponen sobre los procesos de desterritorializa ción llevados a cabo por el Estado colonial.

Conjuntamente, se incorporarán los análisis en torno a la relevancia de los discursos poéticos mapuche planteados por Hugo Carrasco y James Park, estudios que van de la mano con la importancia de la espiritualidad conectada a los territorios, conexión estudiada desde una perspectiva ontológica por Tito Tricot. Finalmente, se integrará como un tópico central la invisivilización de la resistencia de mujeres indígenas en la defensa de los territorios, argumentos desarrollados por Margarita Calfio.

Los/as autores recién mencionados exponen, con toda claridad, sobre la necesidad de descolonizar el pensamiento y las prácticas discursivas en torno a los grupos excluidos y subalternizados por la colonización europea y por la posterior colonialidad de los Estados nacionales, abarcando las distintas aristas de los procesos históricos que en particular ha vivido el pueblo Mapuche, destacando las extensas trayectorias de despojo y las distintas acciones de resistencia.

3.  Consideraciones metodológicas

La investigación se enfocará en los discursos orales de las poetas mapuche Graciela Huinao, Faumelisa Manquepillan y Roxana Miranda Rupailaf emitidos en conversaciones en profundidad con la investigadora responsable durante el año 2012. Autoras reconocidas por su trayectoria en la literatura a nivel nacional e internacional, con obras publicadas y traducidas a distintos idiomas y constantemente citadas en investigaciones académicas, porque representan signos relevantes del pensar y sentir mapuche (Antillanca et al. 19).

En este contexto, entrevisté a este grupo de escritoras Mapuche-Williche basándome en tres criterios amplios de selección: su pertenencia al sector conocido como Fütawillimapu, el distinto rango etario y las disímiles relaciones que mantienen con el territorio de origen. De esta manera, Roxana Miranda Rupailaf es parte de una generación de escritores jóvenes mapuche, a la cual también pertenecen Daniela Catrileo, David Aniñir, Javier Milanca, Miriam Millan, Cristian Antillanca, entre varios otros/as que circundan entre los 30 y 45 años de edad. Por su parte, Graciela Huinao y Faumelisa Manquepillan pertenecen a un segmento emblemático de escritores quienes dieron inicio a la internacionalización del discurso poético mapuche, entre los que se cuentan Jaime Huenún, Elicura Chihuailaf, Maribel Mora Curriao, Sonia Caicheo, Leonel Lien laf, quienes actualmente tienen entre 50 y 65 años de edad.

Cada una de las poetas seleccionadas integra distintas vivencias con respecto al territorio mapuche y, por ende, su acercamiento con la naturaleza es también heterogé nea. De esta forma, Roxana Miranda Rupailaf si bien vive en la región de Los Lagos (sec tor perteneciente a sus orígenes), se encuentra en permanente movilidad entre distintas ciudades de América y Europa. Asimismo, Graciela Huinao originaria del Chaurakawin (sector de la ciudad de Osorno), vive hace más de 30 años en la ciudad de Santiago (ca pital de Chile). Por su parte, Faumelisa Manquepillan ha desarrollado toda su vida en su territorio natal del sur de Lanco (región de Los Ríos), aunque, al igual que Graciela y Roxana, se encuentra en constante tránsito dentro y fuera del país.

Una primera etapa metodológica, posterior a la recopilación de los discursos territoriales, consistió en el examen realizado a través del software Atlas Ti, identifican do las relaciones de recurrencia entre citas textuales (número de veces que una misma idea era expresada) y grados de significación (enunciados que representan un alto sentido semántico para la cultura mapuche). Estas se vincularon por asociaciones de contradicción, explicación, causa, parte de, entre otras variables. La última etapa consistió en la interpretación de los registros territoriales de las poetas, estableciendo como marcas metodológicas dos elementos centrales: la memoria colectiva mapuche y las emociones vinculadas al territorio.

A continuación, se presentarán las características de los imaginarios territoriales obtenidos por medio del análisis de los discursos de las poetas, las que serán expuestas mediante cuatro temas principales: “Territorio e identidad”, “Visiones opuestas de la naturaleza entre el Estado y los/as Mapuche”, “Memoria y territorio” y “El mar como sujeto sacro”.

Posteriormente, se dará cuenta de dos tipologías de imaginarios territoriales presentes en los discursos de las escritoras mapuche: imaginarios territoriales vinculado a la memoria colectiva mapuche e imaginarios territoriales por medio de la experiencia.

4.  Territorio e identidad

Las poetas mapuche se sitúan desde una identidad compartida, una pertenencia colectiva irreemplazable (Quintriqueo y Torres 203) que se origina en la memoria histórica en torno a la presencia ancestral de los pueblos originarios en Abya Yala. A su vez, las poetas plantean la plena conciencia del trayecto diaspórico mapuche y de cómo este movimiento identitario se encarna a través del territorio:

Yo entiendo que donde hay un mapuche hay partes de una identidad que se está moviendo. De hecho eso lo veo reflejado en la misma situación de yo haber viajado tanto; la verdad es que me he encontrado con mapuche en todas partes y eso ha sido también una experiencia bonita; el hecho de encontrar esa parte identitaria y reconocerse, juntarse y conversar estos temas. El territorio mapuche está delimitado y todos sabemos que los límites están entre Argentina y del Bío-Bío hacia acá, pero en el fondo también la ciudad de Santiago hoy en día concentra la mayor población mapuche del país y no solo eso, porque hay mapuche en Illapel, en otras partes que no necesariamente coinciden con los límites geográficos que ha impuesto el Estado. (Roxana Miranda Rupailaf )

Las distintas sedimentaciones identitarias de las poetas se manifiestan en los conocimientos adquiridos a través del legado familiar y de la experiencia personal en el lugar de origen:

Este es mi territorio, aquí ha vivido siempre mi familia, los Calfuleo. Mi abuelo, mi bisabuelo, más atrás mis otros abuelos. Comienza desde mi tatarabuelo Luis Calfuleo, después mi abuelo Francisco Calfuleo y mi madre, mi familia. Aquí hay un tronco familiar, un pellín ¡duro! Y aquí están mis tíos, porque ya mi madre no está, se murió. Mis abuelos igual se murieron, pero está toda mi familia aquí. Yo estoy rodeada de Calfuleos. (Faumelisa Manquepillan)

La construcción discursiva referida al conocimiento con el que se relacionan las escritoras es una posibilidad de transmisión entre culturas (Park 16), puesto que lo enfatizan como el evento que les permite no morir con sus historias, otorgándoles un real sentido de trascendencia:

[…] mi abuelo y mi bisabuelo sabían cientos de cuentos y se murieron sin poder dejarlos. Yo no me quiero morir con mis historias, yo quiero dejarlas, porque mis ancestros se murieron con tanta sabiduría, con tanto conocimiento. Recuerdo que mi abuelo contaba unas historias fabulosas y lamentablemente a mí se me han ido olvidando, porque la mente también es frágil, entonces yo no me quiero morir con eso. (Graciela Huinao)

Las identidades territoriales develadas por las poetas mapuche transitan en un movimiento epistemológico complejo, el cual se expresa fundamentalmente a través de la impugnación de los relatos coloniales y de la correlación de fuerzas que se articulan a través del territorio latinoamericano:

Creo que hay aspectos de uno que son así, porque somos de ese lugar y no de otro. Pero seguramente en otra parte hay otro fruto que tiene otra textura, tiene otro sabor, otro color, que tiene otra forma de ser, otra forma incluso de hablar. En ese sentido es muy sutil el ser de una parte o de otra. Son cosas que a lo mejor uno no sabe, son rasgos que para el ser humano no son detectables, pero yo creo que a través de la escritura nosotras como poetas las hemos podido ir descubriendo, y eso pasa también cuando te encuentras con un mapuche en otra parte, es un vínculo especial, que va más allá del discurso. (Roxana Miranda Rupailaf )

Las escritoras mapuche se refieren a la comunidad y los ritos de carácter sagrado que realizan en su territorio, evidenciando una cotidianeidad traducida a los vínculos sociales, a las relaciones interpersonales y a las unidades familiares. El territorio se indica como un espacio geográfico a defender y un derecho ancestral a reclamar, una categoría explicativa que les otorga identidad y un sentido profundo a sus vidas. “[…] el mapuche está defendiendo realmente lo suyo. El otro día me preguntaron ¿tú eres de acá? Yo soy como un hualle, los hualles no se dan en otro lado, sino que en su territorio. Entonces falta un poco más de entendimiento sobre esto” (Faumelisa Manquepillan).

5.  Visiones opuestas de la naturaleza entre el Estado y los/as Mapuche

Las poetas mapuche plantean un diálogo permanente con la Ñuke Mapu6, una relación de respeto expresada mediante las palabras; la naturaleza es una entidad viva, contenedora de un conocimiento que se encuentra estrechamente vinculado con la experiencia. “[…] la visión que tienen los pueblos originarios es que hay que vivir en armonía con los seres, hay que vivir con amor a la naturaleza, a los árboles, a los animales, con hasta el bichito más insignificante” (Graciela Huinao). Aquí la naturaleza no es objeto, sino sujeto de conocimiento, capaz de sentir y comunicarse por medio de distintos ensamblajes, los que han sido ancestralmente decodificados por la cultura mapuche y a su vez históricamente negados por la cosmovisión occidental, estando este vínculo en permanente tensión con el Estado chileno:

Creo que hay aspectos de uno que son así, porque somos de ese lugar y no de otro. Pero seguramente en otra parte hay otro fruto que tiene otra textura, tiene otro sabor, otro color, que tiene otra forma de ser, otra forma incluso de hablar. En ese sentido es muy sutil el ser de una parte o de otra. Son cosas que a lo mejor uno no sabe, son rasgos que para el ser humano no son detectables, pero yo creo que a través de la escritura nosotras como poetas las hemos podido ir descubriendo, y eso pasa también cuando te encuentras con un mapuche en otra parte, es un vínculo especial, que va más allá del discurso. (Roxana Miranda Rupailaf )

Las poetas señalan que la cultura mapuche ha tenido una relación distinta con la naturaleza, donde el factor económico no mediaba ni aparecía. Sin embargo, durante la conformación histórica del Estado chileno se habría modificado esta relación al asignar un valor monetario a sus territorios (CEPAL 17). Esta situación es evidenciada principalmente con la extracción de recursos de la tierra y el asentamiento de la industria forestal e hidroenergética, a quienes se les ha atribuido la modificación y posterior destrucción de los espacios materiales y simbólicos relacionados directamente con la espiritualidad del Pueblo Mapuche (Quidel 936).

Desde el Estado hay una falta de respeto hacia el territorio mapuche. Aquí en Chile ha habido muy poca comprensión, no se quiere respetar, se quiere ignorar a sabiendas, porque no quieren ponerse en el lugar de la gente mapuche. Es más fácil hacer pelear que ponerse de acuerdo y así perderse de algo muy hermoso con respecto al tema espiritual mapuche. (Faumelisa Manquepillan)

6.  Memoria y territorio

La memoria se constituye en otro factor relacionado con la visión territorial, porque a través de ella se reafirma la existencia de un choque epistemológico entre la cultura mapuche y el Estado. Uno de los ejemplos más paradigmáticos de este conflicto revelado por las escritoras, corresponde a la puesta en marcha de la industria forestal en Chile. Las comunidades reclaman sobre los extensos predios de plantaciones de pino y eucaliptus, los que provocan diversas externalidades negativas y deterioros al medioambiente (CAM 30). “[…] el paisaje mapuche ha cambiado, por ejemplo yo antes podía perderme en los hualles, en cambio hoy día no hay hualles, te cambia todo el entorno de tu lugar y a la vez también cambian tus visiones de ese lugar” (Roxana Miranda Rupailaf ).

El espacio natural se presenta en una relación forjada por medio de la memoria, los recuerdos de infancia y su interrelación con los animales, nexos que, a pesar de la fractura territorial provocada por el Estado chileno, no se han modificado y han permanecido en un aprendizaje y un descubrimiento plasmado en la obra literaria mapuche.

Para mí la naturaleza es fundamental y eso se ve dentro de mis libros, porque así fue como me lo enseñaron. Es mi forma de vida que me dieron mis padres, mis abuelos y los abuelos de mis abuelos y yo solamente lo que hago es un traspaso de conocimiento, donde lo único que hago es publicarlo para que no muera, para no morirme con ello. (Graciela Huinao)

La memoria es empleada para seguir valorando los territorios, aunque no se esté físicamente presente en ellos, adquiriendo especial atención las experiencias, los relatos y los conceptos asociados a los procesos de desterritorialización y despojo propiciados por los distintos gobiernos chilenos (Vergara y Mellado 6).

Un pueblo sin tierra se muere y no solamente el pueblo Mapuche, sino que todos los pueblos, o bien se vuelven exiliados en su propia tierra ¡el mapuche es un exiliado en su propia tierra! Hay que asirse a algo, hay que sentir el contacto con algo, por eso para el pueblo Mapuche la tierra es tan importante. A mí siempre me enseñaron que de ahí yo vengo, eso es lo que nosotros somos, respiramos, nos da nuestras características, la tierra nos molda, nos da lo físico y lo espiritual. (Graciela Huinao)

Al respecto, ha sido tremendamente significativa la emergencia de la intelectualidad indígena (Zapata 67) para reconstruir la memoria colectiva mapuche y relatar las historias silenciadas por la hegemonía discursiva occidental. Por ejemplo, las nociones de diáspora mapuche (Antileo “Lecturas en torno a la migración mapuche” 264) y de trauma colonial (Colipán 6) han sido problematizadas desde el propio pensamiento mapuche, manifestándose en aspectos centrales de la identidad territorial. En este sentido, la memoria colectiva mapuche no es solo un medio de representación cultural, sino que tiene la capacidad decisiva de generar nuevos procesos identitarios (Aravena 95).

Mediante el siguiente extracto, Roxana Miranda Rupailaf aborda la relación entre territorio y memoria, destacando la movilidad y la diáspora a la cual los mapuche han estado sujetos históricamente como pueblo: “yo creo que uno se construye a partir de lo que ha vivido, de los recuerdos y cuando se mira hacia atrás, lo que uno ve es ese territorio y no otro. Una siempre va a llevar sus territorios consigo, porque en la memoria siempre va el territorio, desde el cual una creció, en el cual una se hizo y una se formó” (Roxana Miranda Rupailaf ).

7. El mar como sujeto sacro

En esta relación identitaria con el territorio aparece el mar como un ser natural poblado de vida (Mora 32), con los cuales se establece un lazo de respeto y de permanente contacto:

La primera vez que yo fui al mar me acuerdo que me dijeron que nunca llegara y entrara, sino que le pidiera permiso para entrar y no solamente al mar, sino que también al río y no solamente al río, sino que a los montes, a la montaña, porque uno tiene que ser respetuosa con los habitantes de ese sector, ahí hay seres, en el agua hay vida. (Graciela Huinao)

El mar es visto desde la perspectiva de todo líquido que emana, representando la expulsión de fluidos que se conectan con los sentidos, el erotismo y la sexualidad femenina, simultáneamente es una fuerza simbólica relacionada con la vida y la purificación.

Para mí el mar tiene que ver con lo que le llamo los venenos del cuerpo, porque si tú no sabes controlarlos, si tú no sabes dominar estos líquidos, de alguna forma te matan. Entonces la idea principal es expulsar estos venenos. Así al final de uno de mis libros está la imagen de que son tirados al mar, que se disuelven en el mar, de que lo rojo se vuelve azul, predominando esta agua purificadora, porque al final el agua también es purificación. (Roxana Miranda Rupailaf)

El mar también simboliza las distintas capas que tiene el territorio mapuche, ya que es un elemento esencial en la conformación identitaria, la espiritualidad y formas de vida de los Mapuche-Lafkenche (gente de mar).

El uso y comprensión acerca del mar –al igual que la tierra mapuche–, están en permanente conflicto con el Estado. Entre uno de los tantos ejemplos se encuentra el controvertido ducto al mar de Celulosa Arauco, el cual es rotundamente rechazado por las comunidades lafkenche de la Bahía Maiquillahue, debido a los agentes contaminantes y consecuencias nocivas para el ecosistema marino que traería consigo este proyecto (Aylwin et al. 31).

8.  Tipologías de Imaginarios Territoriales de mujeres poetas mapuche

A partir de la interpretación de los discursos territoriales de mujeres poetas mapuche de la Fütawillimapu, hemos evidenciado la presencia de dos tipologías discursivas operando como fuentes explicativas de las nociones de territorio y naturaleza: el imaginario territorial vinculado a la memoria colectiva mapuche, y el imaginario territorial por medio de la experiencia. A continuación presentamos la interpretación de cada uno de ellos.

8.1. Imaginario territorial vinculado a la memoria colectiva mapuche

Este imaginario contempla a la memoria como el aspecto que se ancla en el tiempo para la caracterización del territorio. Los recuerdos de la infancia y la nostalgia son parte de las emociones que definen la relación que las poetas mapuche establecen con la naturaleza, configurando un imaginario marcado por la fractura territorial ejercida en el Wallmapu7. Es en este nivel del discurso donde el Estado chileno se convierte en un factor de destrucción del paisaje, debido a las políticas de desterritorialización dirigido hacia los pueblos indígenas (Pinto 56).

La poeta mapuche asociada a este imaginario es una mujer que sitúa su discurso territorial en una historia de larga duración (Braudel 125), donde la herida colonial atraviesa transversalmente su memoria (Anzaldúa 64). Aquello significa que existe un imaginario territorial mapuche marcado por la usurpación, la discriminación y la negación de los conocimientos y tradiciones indígenas, lo que se traduce en una configuración territorial cargada de emociones y dolores históricos, los cuales se transmiten mediante el tiempo y se reproducen generacionalmente en los cuerpos subalternizados (Pihama et al. 255).

8.2. Imaginario territorial por medio de la experiencia

Este imaginario revela una construcción territorial donde la Ñuke Mapu y el Wallmapu se encuentran fuertemente imbricados. Aquello se materializa en la experiencia vivida de las poetas, donde el cuerpo mapuche se convierte en parte del territorio (Libro 23). Esto significa que en la corporalidad mapuche se encuentra la convicción de que el territorio no se ha perdido por completo, pues aunque el espacio físico haya sido despojado, existe una memoria de resistencia que se ensambla con las emociones y las fracturas territoriales ocasionadas por el Estado chileno. Este constante proceso de resistencia por parte de las escritoras mapuche, construye colectiva e identitariamente otro territorio, distante de las fronteras impuestas por el discurso estatal (Villanueva-Gallardo “Territorios discursivos” 351). Bajo este marco de análisis radica uno de los puntos de inflexión con el Estado, en razón de la imposibilidad epistemológica de parte del pensamiento occidental de comprender como realidad – y no solo como antecedente poético–, la posibilidad de habitar y ser territorio en tanto cuerpo desplegado en el espacio.

Las potencialidades que surgen desde el cuerpo como eslabón último del territorio constituyen una posibilidad abierta de reconfigurar las dimensiones geopolíticas del territorio mapuche, donde los significados de sus espacios estén movilizados por sus habitantes y sean posibles de ser establecidos por las propias corporalidades originarias. Esta concepción pragmática de las poetas mapuche corresponde al anclaje territorial que las conecta con la naturaleza y probablemente sea una de las razones por las cuales se desarrollan estudios en torno a los discursos mapuche, ya que se reconoce en ellos un intrínseco valor territorial (Melin, Mansilla y Royo 15) .

9. Conclusiones

El estudio de los discursos territoriales de mujeres poetas mapuche pone en evidencia dos lógicas contrapuestas respecto al entendimiento de la noción de territorio. Ello equivale a plantear la existencia de epistemologías territoriales en conflicto, asociadas a políticas y acciones por parte del Estado chileno que no respetan ni entienden la cosmovisión del pueblo Mapuche, especialmente en lo que se refiere a su valoración por el territorio.

Este antagonismo ha sido estudiado por diversas ramas y autores de las ciencias sociales, algunos de ellos citados en este artículo, quienes han develado los procesos coloniales que el Estado chileno ha impuesto en los distintos espacios territoriales. En un caso, donde el Estado establece una forma de valorar el pensamiento productivo destinado a generar divisas para un sector económico en particular, negando el valor inmaterial de los territorios y pasando por encima de las cosmologías originarias que habitan estos lugares. En contraposición a las significaciones mapuche, quienes asignan a los mismos recursos una valoración social, cultural, política, espiritual (Skewes et al. 304).

Dentro de los hallazgos de esta investigación se encuentra la descripción de dos significaciones territoriales que he denominado “imaginario territorial vinculado a la memoria colectiva mapuche” e “imaginario territorial por medio de la experiencia”, las cuales corresponden a dos lugares de enunciación, a dos maneras complementarias y recursivas de posicionarse en el mundo, las que son expresadas en los discursos de este grupo de mujeres poetas mapuche. Ambos imaginarios perciben su construcción semántica a través de un elemento estructurante, a saber, la memoria y la experiencia, respectivamente. Sumado a ello, en los dos tipos de imaginarios el Estado de Chile se manifiesta como un indicador de fractura con el territorio, responsable de la destrucción del medioambiente y de la negación de un diálogo horizontal con los pueblos originarios (Quintriqueo y Arias Ortega 82).

La construcción de los imaginarios territoriales de mujeres poetas mapuche de la Fütawillimapu percibe al lenguaje y más precisamente al discurso poético, como un punto de convergencia con la cultura occidental. Aquello se explica cuando las escritoras hacen hincapié en el valor de la comunicación entre las distintas visiones – mapuche y chilena–, en el reconocimiento de que el diálogo entre culturas es posible, en la medida en que las diferencias que las distancian de la visión hegemónica estatal sean aceptadas e integradas en escenarios político-institucionales conducentes a una real interculturalidad (Walsh 82).

El imaginario territorial de las poetas se expresa en un flujo de conocimientos conectados a la memoria colectiva mapuche, lugar donde se encarnan espacios de reencuentros con los afectos, los ancestros y las comunidades. Esta articulación simbólica se recorre y expulsa metafóricamente en forma de aguas, ríos y mares. En este punto, la identidad se convierte en una experiencia contingente y heterogénea, al mismo tiempo que se ancla en la historia contrahegemónica del pueblo Mapuche, produciendo procesos discursivos de resistencia cultural manifestados en la narrativa cotidiana de cada una de las poetas.

El discurso de Graciela Huinao, Faumelisa Manquepillan y Roxana Miranda Rupailaf presenta convicciones claras sobre el territorio, definiéndolo a través de una praxis político-discursiva que aborda principalmente tres estructuras conceptuales referidas a la identidad, la memoria y el mar. En otras palabras, el territorio para ellas es identidad Mapuche-Williche en resistencia, es memoria colectiva transformadora, es agua en todas sus formas. El conocimiento mapuche y la relación afectiva con el territorio que propician las poetas mapuche se proyectan en una experiencia y un saber histórico que marcan la diferencia con la cultura chileno-occidental; no obstante, ellas emplean esta distinción como herramienta intercultural, abriendo y no clausurando las posibilidades de comunicación con el otro/a.

Notas

El siguiente artículo sintetiza los resultados de mi Tesis de Magíster en Ciencias Sociales, titulada “Imaginarios territoriales de poetas mapuche del sur de Chile” (Universidad de Los Lagos, 2014). Además incluye avances del proyecto FNI/03/2017 “Fundamentos teóricos metodológicos de los Territorios Discursivos para el estudio de la poesía mapuche del sur de Chile y de los discursos territoriales del Estado a comienzos del siglo XXI”, financiado por la Dirección de Investigación de la Universidad de Los Lagos.

1 Elisa Loncon fue la primera presidenta de la Convención Constitucional, organismo encargado de redactar la nueva Constitución política de Chile.

2 La Fütawillimapu comprende una parte del territorio ancestral mapuche, circunscrita actualmente a las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos en el sur de Chile.
3 Palabra del mapuzugun que refiere al lugar de origen.
4 Cabe señalar que la investigación se centró en la interpretación de los registros discursivos desarrollados por las poetas durante el año 2012, específicamente por medio de encuentros reiterados y conversaciones en profundidad con la investigadora responsable.

5 A partir del denominado “estallido social” de octubre de 2019, el ex gobierno de Sebastián Piñera –en conjunto con partidos políticos de distintos sectores–, se vieron obligados a consensuar un plebiscito para escribir una nueva Constitución y así dar una salida institucional a la crisis. El 15 y 16 de mayo de 2021 se eligieron a los constituyentes encargados de dicha tarea, quienes tienen un plazo de 12 meses para redactar la nueva carta magna que será sometida a la aprobación popular en un nuevo plebiscito.

6 Palabra del mapuzugun que refiere a la naturaleza como sujeta viva.

7 Palabra del mapuzugun referida al gran territorio-nación mapuche.

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Sandra Villanueva-Gallardo

Doctora en Ciencias Sociales en Estudios Territoriales. Investigadora postdoctoral Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Estética UC. Correo electrónico: svillanuevagallardo@gmail.com.